26 diciembre 2012

Incidencias en la estación de Avilés

El Ayuntamiento negocia con Feve y Renfe para que Alsa no abandone la estación

El concejal de Servicios Urbanos quiere evitar que la empresa de autobús cumpla su amenaza de irse el día 31 si no recibe colaboración

A. PALACIO la voz de avilés
El Ayuntamiento de Avilés presentará una propuesta «que pueda satisfacer» a Renfe y Feve con el objetivo de evitar que dejen de aportar su parte a la entidad conjunta que gestiona la estación de Avilés. Según indicó el concejal de Servicios Urbanos, Luis Ramón Fernández Huerga, en los próximos días se producirá un encuentro a tres bandas entre el Ayuntamiento de Avilés y las dos entidades para abordar este tema.
«La propuesta contempla la reducción de gastos, pero mantendrá los servicios necesarios para el correcto funcionamiento de la estación», aseguró el concejal, que por el contrario evitó dar más detalles hasta que Renfe y Feve tengan conocimiento del documento. «Recoge además lo que nosotros entendemos que es lo mejor para el mantenimiento del servicio», recalcó Fernández Huerga.
La compañía de autobuses Alsa advirtió el pasado 12 de diciembre que dejaría de participar en la gestión de la estación intermodal el día 1 de enero si las aportaciones económicas de las empresas Renfe y Feve no se cubrían. Alsa se puso en contacto con el Ayuntamiento de Avilés para reclamar una alternativa después de que las dos empresas de ferrocarril anunciasen que dejarían de dar apoyo económico a la gestión de la estación.
El concejal de Recursos Urbanos había explicado que los problemas se iniciaron con el anuncio por parte de Renfe, en julio, que debido a su política de recortes dejaría de hacer sus aportaciones a la entidad gestora de la estación.
Retirada de Feve
Posteriormente, «Feve anunció que haría lo propio a partir de diciembre», lo que dejaría a la filial de Alsa creada para participar en la gestión como única empresa encargada de sufragar los costes de funcionamiento del mismo. Fernández Huerga indicó también que esperaba que tanto la Administración central Alsa se avengan a algún tipo de acuerdo que permita mantener la actividad normal de una estación intermodal que se construyó en su día con aportaciones de las administraciones local, autonómica y central.
Mientras el Ayuntamiento busca una solución a marchas forzadas, el deterioro de la estación sigue su ritmo. El pasado jueves, con la taquilla ya cerrada -sólo funciona hasta las diez y cuarto de la noche, cuando el último autobús regular sale de Avilés, en dirección a Oviedo, a las once y media-, la máquina expendedora de billetes no funcionaba.
Sin billete
Por ese motivo, varios pasajeros tuvieron que comprar su billete en el propio autobús, algo que no es habitual a no ser que sea en el que cubre el servicio de las once y media de la noche, los búho de las noches del sábado y para los viajeros que acceden al vehículo en la parada habilitada en la calle de Llano Ponte.
Por si no fuese suficiente, la limpieza de todo el recinto sigue siendo insuficiente, y las goteras casi una constante en los andenes más utilizados por los viajeros.
El pasado 21 de octubre entraron en vigor los últimos recortes en la estación intermodal, que desde entonces tiene menos vigilancia -solo en el turno de tarde-, y menos horas destinadas a la limpieza de las instalaciones, ya que en lugar de ser dos cada turno -mañana y tarde-, son dos en total.
Desde ese mismo mes de octubre, el deterioro de las instalaciones de la estación de autobuses y ferrocarriles de la ciudad es más que evidente, y también ha habido varios intentos de forzar autobuses por la noche y a primeras horas de la mañana, aprovechando que el trabajo de los vigilantes finaliza a las doce y media de la madrugada entre semana.
Sin incidencias
Los domingos, el servicio de vigilancia debe cubrir dos horas coincidiendo con la llegada de los últimos autobuses búhos, aunque de momento no ha habido ninguna incidencia al respecto.
Entre otras cosas, los usuarios de la estación se quejan de la falta de información -Renfe, por ejemplo, no tiene mostrador para informar a sus viajeros por las tardes-, o de que los vigilantes sean los que tengan que informar de los horarios y precios, y que de hecho no puedan acceder al recinto de las máquinas expendedoras del tren, porque tienen orden de no ir a la zona de cafetería, ya que no está dentro de sus funciones como empleados
 

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