22 abril 2013

Aragón salvará las líneas que Renfe elimine

Aragón pondrá de su bolsillo para salvar las líneas que Renfe eliminará

El Gobierno regonal dice que todas las líneas se van a mantener. Se hará cargo de la que se desprenda la empresa estatal, pese a que el coste será millonario

Aragón pagará con fondos públicos de la Comunidad el funcionamiento de aquellas líneas regionales de tren de las que se desentenderá Renfe por no ser rentables. Desde hace años, el Gobierno aragonés mantiene convenios con Renfe para sostener servicios ferroviarios. Ahora, el esfuerzo tendrá que ser mayor, porque Renfe no está dispuesta a mantener algunas líneas, ni siquiera con subvención autonómica.
Así las cosas, caben dos opciones: o ver desaparecer esas líneas, o que sea el Gobierno aragonés el que acarree íntegramente con su coste. Y esta última parece ser la opción que va a asumir. Cuando menos eso es lo que ha indicado ante las Cortes regionales el consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón.
Ha dicho que todas las líneas ferroviarias de la Comunidad se van a mantener en funcionamiento, y que incluso en 2014 podrían ampliarse «donde sea necesario». Ha negado que el plan de reestructuración de los servicios ferroviarios que ultima el Gobierno central vaya a suponer la desaparición de líneas en Aragón, ya que el Ejecutivo autonomico está dispuesto a asumir la financiación de los servicios que deje de costear el Estado.
«Es voluntad del Gobierno de Aragón» complementar los servicios que deje de financiar la Administración del Estado e, incluso, el año que viene «podrían ampliarse donde sea necesario» y donde la frecuencia de utilización del tren permita deducir que el uso puede incrementarse con nuevas frecuencias, ha dicho el consejero.
Según los datos recopilados por ABC, en sólo cinco años —de 2006 a 2010—, esta Comunidad pagó a Renfe 22,5 millones de euros por estos trenes regionales que se han venido manteniendo gracias a subvenciones autonómicas. En 2006, 4,2 millones; otros tantos en 2007; y a partir de ahí la factura fue aumentando: 4,5 millones de euros en 2008, 4,7 en 2009 y 4,8 millones de euros en 2010. En esos cinco años, por tanto, una media de algo más de cuatro millones de euros al año. Ahora está por saber el sobrecoste que le supondrá al Gobierno aragonés tener que hacerse cargo de más servicios ferroviarios, pero es seguro que la «factura» será multimillonaria.

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