16 marzo 2014

Sufridores de Metro. Cuenta colectiva de denuncia del deterioro del subterráneo madrileño

http://estaticos03.elmundo.es/elmundo/imagenes/2007/02/15/1171561853_1.jpg"La cuenta en Twitter de Metro de Madrid no aguantó nuestras quejas ni una hora antes de bloquearnos"

La lucha está en la calle... y debajo de ella, e incluso en las redes sociales. La cuenta Sufridores del Metro suma más de 22.000 mensajes de denuncia de los recortes de horarios, el cierre de bocas de metro y el deterioro general de este servicio de transporte público.

Pablo Elorduy Madrid
El uso de dispositivos móviles y el apogeo de las redes sociales ha sido fundamental para el nacimiento de Sufridores del Metro, una cuenta de Twitter que desde otoño de 2013 difunde aquello con que se topan cada día las decenas de miles de personas que viajan en este medio de transporte público. Fotos de escaleras sin reparar, de tiempos de espera insólitos a todas las horas del día, de goteras o de trenes atestados componen el "collage" con el que cada día estos sufridores denuncian el deterioro de un servicio público que sirve --aunque no haga falta recordarlo-- para trasladar a las personas trabajadoras cada día... previo pago de un billete que, en casos como el del bono de 10 viajes, ha subido hasta un 110% en ocho años. Hacemos esta esta entrevista por correo electrónico ya que, según Sufridores, se trata de un proyecto que funciona "como un coro" y, según la persona que nos atiende, "lo de menos es quien hace retuit".
Cuándo surge Sufridores del Metro, ¿qué os planteabais con la cuenta de Twitter?
Esta cuenta fue el resultado de un enfado personal al comprobar cómo la cuenta en Twitter de Metro de Madrid había bloqueado a una usuaria que con frecuencia pedía explicaciones y transmitía quejas sobre el estado del servicio. A medida que la cuenta fue creciendo pretendió ser altavoz de los usuarios que a diario comprueban cómo los recortes en Metro de Madrid afectan a sus vidas y enseñar a los gestores de Metro que no es tan fácil silenciar a la gente como por lo visto les gustaría.
En este sentido agradecemos muchísimo la labor de todas las personas que nos escriben diariamente a través de Twitter, de la prensa que se ha interesado por las desventuras de los usuarios y de los propios trabajadores de Metro que también han contribuido con sus comentarios al gran coro de voces que es Sufridores de Metro y nos han ofrecido información y ánimo porque aunque ellos llevan denunciando los recortes desde hace años no todos hemos sabido o querido escucharles.
No nos esperábamos la evolución que esta iniciativa tendría. Cuánto más atención prestábamos al tema, más quejas y comentarios recibíamos, más leíamos sobre la situación de Metro de Madrid en la prensa en el presente y en el pasado y más directamente observábamos el deterioro con nuestros propios ojos más claro veíamos que no se trata ni más ni menos que del deterioro y usurpación progresiva de un servicio público más.
¿Recibís comunicación por parte de Metro o el Consorcio respecto a alguna de las quejas? ¿Son útiles esas comunicaciones? es decir, ¿sirven para reparar el problema?
La cuenta oficial en Twitter de Metro de Madrid no aguantó nuestras quejas ni una hora antes de bloquearnos. Luego empezamos a seguir a algunos de sus responsables, como el consejero delegado Ignacio González Velayos o Salvador Victoria, consejero y portavoz de la Comunidad de Madrid, con parecido resultado: nos bloquearon.
Al ver que no escuchaban pusimos reclamaciones oficiales tanto al Consorcio de Transportes como a Metro de Madrid. En el primer caso aún no hemos obtenido ninguna respuesta. Metro nos ha contestado con respuestas tipo que ofrecen disculpas y justifican la situación con vaguedades pero nuestro día a día sigue igual: han reducido las frecuencias de los trenes aumentando tanto el tiempo de espera como la duración de los trayectos de forma que para muchos ciudadanos Metro ha dejado de ser una forma de transporte eficaz. El hacinamiento y el calor sofocante son también una constante. Las averías y los retrasos que éstas generan son cada vez más frecuentes; la limpieza y el mantenimiento de las instalaciones es deficiente; en demasiadas ocasiones no hay personal suficiente para atender en las taquillas; las escaleras mecánicas y ascensores también están frecuentemente averiadas y tardan mucho en repararse…
Al mismo tiempo a los usuarios se nos somete a un acoso publicitario injustificable y a un adoctrinamiento televisivo sonrojante por lo burdo y lo descaradamente afín a las políticas del gobierno de la Comunidad de Madrid con la excusa de lograr ingresos extra que “repercuten en la calidad del servicio” cuando todos vemos que no es así.
Sin embargo insistimos en animar a los usuarios de Metro a poner reclamaciones. El informe anual de la empresa publica el número de reclamaciones recibidas y aunque son muy opacos con el tema y ofrecen su propio y manido análisis los sindicatos y la prensa sí pueden utilizar esos datos de forma que sea imposible ocultar el descontento de los ciudadanos con estos recortes antisociales y unas políticas cada vez más en la lógica neoliberal y menos de servicio público.
La mayoría de las reclamaciones se refieren a un deterioro del servicio, ¿cómo se entiende cuando los precios de los billetes han aumentado de forma espectacular desde la última legislatura municipal y autonómica?
Estamos convencidos que se debe a los recortes presupuestarios y que estos se relacionan con los recortes que afectan hoy a la mayoría de los servicios públicos pero especialmente a la enorme deuda, el Consejero Delegado reconoce 500 millones de euros, que la empresa pública Metro de Madrid --que hace solo unos años dilapidaba millones y millones en obras faraónicas no siempre necesarias, publicidad institucional que acababa en los bolsillos de empresas amigas etc.-- tiene actualmente y que tratan de reducir a toda costa.
Es decir, los recortes son el resultado directo de su pésima gestión, de políticas poco éticas o directamente de la corrupción y éstas son el resultado de haber utilizado Metro como un arma electoral más que como un servicio público eficaz y sostenible.
Las subidas de tarifas también se enmarcan en la concepción neoliberal de la realidad que maneja el Partido Popular: si quieres un servicio lo pagas. Como con la Sanidad y la Educación se nos recuerda constantemente lo que las administraciones aportan y lo que aporta el usuario como si el dinero de la administración no saliera directamente de nuestros impuestos, como si fuera una dádiva. Pero mientras tanto los directivos de Metro que son nombrados a dedo por el gobierno regional mantienen sus sueldazos, y se siguen haciendo contratos millonarios con empresas privadas que obtienen jugosos réditos (seguridad, leasing de trenes, limpieza, operadores, constructoras etc).
Un ejemplo es que mientras en los barrios nos han cerrado bocas de Metro de toda la vida “para ahorrar” porque según ellos “ha descendido el número de viajeros” y “no hay demanda”, se ha aumentado la dotación económica para las operadoras privadas de Metro, que son empresas que gestionan Metro Ligero, el tranvía de Parla o el tren de Arganda cuyo número de usuarios también ha descendido pero cuyas arcas reciben más dinero público para asegurar beneficios privados mientras todos los demás soportamos recortes.
Es tremendo comprobar cómo el negocio de unos pocos se antepone al bienestar de todos sin que quienes mandan se despeinen y sin que los ciudadanos aparentemente hagamos gran cosa al respecto.
Por otro lado, además de imponer recortes que afectan claramente a la calidad del servicio y que repercuten en el bolsillo y en hasta en la propia seguridad del usuario también han maltratado a los trabajadores con bajadas salariales y un ERE que ha afectado a casi 700 de los empleados de la empresa. Paralelamente se está expoliando el patrimonio de Metro malvendiendo terrenos para operaciones inmobiliarias que no repercutirán en dotaciones para la ciudad sino a la construcción de más viviendas de lujo y centros comerciales. Exactamente el mismo modelo que nos ha traído hasta donde estamos. Es la pescadilla que se muerde la cola pero que nos engulle a nosotros por el camino.
En el caso de los descarrilamientos de la última semana de febrero, Metro ha abierto investigación pero no ha comunicado nada al respecto ¿creéis la participación ciudadana ha servido para denunciar un caso que, de otro modo, se hubiera tapado?
Estamos convencidos de que es así. Un trabajador de Metro de Madrid que seguramente se está jugando el puesto por hacerlo nos envió fotografías y vídeos de ambos descarrilamientos casi al momento de producirse. Sin su colaboración, nuestra difusión y sin que los usuarios de Twitter se hubiesen hecho tanto eco del tema seguramente la prensa digamos seria u oficial no se habría animado a investigar y muchos madrileños no hubiesen conocido esta situación. La prueba es que los trabajadores de Metro han denunciado estas situaciones a través de sus sindicatos desde hace tiempo y lamentablemente usuarios y la ciudadanía en general no las hemos conocido hasta ahora.
A los trabajadores de Metro se les ha demonizado y se ha intentado poner a la ciudadanía contra ellos por defender sus legítimos derechos laborales pero nosotros queremos reconocer y agradecer su labor diaria y decirles que usuarios y trabajadores necesitamos apoyarnos y luchar juntos por los servicios públicos que son de todos.
La verdad es que estamos satisfechos de la labor de difusión que estamos haciendo en Twitter y agradecidos a los trabajadores de Metro, los sindicalistas que han dado la cara y los periodistas que se han interesado por su versión de los hechos y la han dado a conocer. Extrañamente (o no tanto) ni una sola televisión se ha hecho eco de algo tan grave.
Por último, Metro de Madrid tiene una cuenta de Twitter, igual que vosotros. ¿Cómo consideráis que gestionan las cuestiones que plantean los “sufridores de metro”?  
Metro de Madrid tiene una cuenta institucional que desarrolla una labor más propagandística que de verdadera comunicación. Más que informar y tratar de colaborar con los usuarios en la localización y resolución de problemas se limita a negarlos, tratar de justificarlos o bien a decir que toman nota para su resolución, cosa que jamás ocurre. En un medio como Twitter esta política de comunicación es absolutamente insostenible y es a la vez triste y divertido comprobar cómo se les vuelve en contra. Si de algo está cansada la gente es de que la mientan.

fuente Diagonal Global

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